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Una celebración de las lenguas maternas y de la transformación de la educación

Bonnie Wong

20 de febrero de 2023

Cuando me convertí en madre por primera vez, mi pareja y yo decidimos hablarle a nuestro hijo en nuestros respectivos idiomas de la infancia: inglés y cantonés. Yo nací en Ontario, Canadá, donde se habla inglés, en una familia de inmigrantes de primera generación procedente de Hong Kong, y el cantonés era el único idioma que había hablado y escuchado durante toda mi infancia. Fui espectadora pasiva de las noticias, las series de televisión y las canciones de pop en cantonés, así como de la manera en que mis padres se aferraban con fervor a sus lazos culturales y costumbres. Y con ese mismo fervor deseaban que yo hablara su lengua materna y que no perdiera mi «cantonismo». Cuando era un bebé, y al empezar a ir a preescolar, hablaba cantonés «perfectamente». Pero al cumplir los seis años y empezar a ir al colegio, el poco conocimiento de cantonés que tenía, con un léxico deficiente y sin matices, se vio influido por otro idioma, el inglés, que se convirtió en el idioma principal de mi pequeño mundo. Aun así, estaba decidida a que mi hijo heredara la parte cantonesa de mi identidad (y también de la suya), porque la lengua y la cultura de mi infancia merecen ser celebrados.

A nivel internacional, la celebración de las lenguas maternas y las culturas estrechamente ligadas a ellas se celebra en 21 de febrero. La UNESCO estableció oficialmente el Día Internacional de la Lengua Materna en 1999, pero la iniciativa se remonta a los años 50 en Bangladesh, donde se conoce como el Día de los Mártires. En este día, los hablantes del idioma bangla (o bengalí, en español) rinden homenaje a aquellos que lucharon y murieron por que se reconociera como idioma oficial del país. En Bangladesh es un día de fiesta nacional que se celebra con un minuto de silencio en homenaje a los mártires del movimiento lingüístico.

La celebración del Día Internacional de la Lengua Materna es un acontecimiento solemne y alegre al mismo tiempo, que une a personas de todo el mundo para compartir e intercambiar experiencias. Por ejemplo, en Manchester (Reino Unido), se celebra una reunión de dibujantes de cómics, expertos del sector académico y aficionados de todo el mundo para analizar el papel de los cómics en nuestra cultura; el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva Gales del Sur, en Australia, prepara una exhibición de obras de la artista aborigen Shirley Purdie, de la tribu Gija; y en Dublín, Irlanda, un centro de arte celebra un taller sobre cuentos folclóricos que conectan las culturas irlandesa y japonesa.

Hablar una lengua materna con orgullo significa enorgullecerse del propio patrimonio cultural; es una manera de conservar no solo nuestra propia identidad, sino también la de toda una comunidad. En Canadá, como respuesta a la cantidad cada vez menor de hablantes de francés, la población francófona, en particular la de Quebec, ha mejorado sus esfuerzos por proteger el idioma. En 2021, el gobierno canadiense presentó un ambicioso plan de 50 años cuyo objetivo es «garantizar la seguridad y la vitalidad de la lengua francesa». Al proporcionar al francés y al inglés el mismo estatus y los mismos derechos, los líderes canadienses también aspiran a subsanar la brecha y fomentar la cohesión social entre los dos grupos de hablantes. La India y Bélgica también cuentan con amplias disposiciones constitucionales para la protección de las lenguas, y los países con al menos una ley lingüística que fomenta el bilingüismo o el multilingüismo son, entre otros, Sudáfrica, Singapur, Kirguistán, Finlandia, Bielorrusia e Irlanda.

Sin embargo, es evidente que estas leyes y disposiciones no garantizan resultados inmediatos o deseados. Nuestros amigos con hijos bilingües nos dijeron a Paul y a mí que debíamos seguir una regla estricta: «un(a) padre/madre, una lengua». (Cabe destacar que, en los estudios más recientes, esta norma ya no se considera la más adecuada; lo mejor es que cada familia encuentre el método que mejor se adapte a su situación. Ojalá alguien me hubiera dicho esto antes. En fin, que me voy por las ramas...). En un primer momento, enseñarle mi idioma materno a mi hijo fue pan comido (o, más bien, un «pequeño aperitivo» en cantonés). Me sabía casi todos los nombres de los animales, la comida y los colores en los libros de imágenes de Oskar. Pero muy pronto los cuentos para dormir de la colección de Oskar se volvieron más sofisticados, y yo no tenía ni idea de cómo decir «huevos verdes», «charcos con barro» o «la distancia de ida y vuelta a la luna». Muy a mi pesar, tuve que admitir que no tenía la fluidez necesaria en mi idioma nativo. Como consecuencia, yo, que era la profesora, y mi hijo, que era el alumno, nos habíamos quedado estancados. Fue aún peor cuando le llegó la fase del «¿qué?» y «¿por qué?» por la que pasan todos los niños. La brecha lingüística no me permitía explicarle el ciclo de la vida o por qué ya no existen los dinosaurios. Oskar interpretó mis limitaciones lingüísticas como una falta de conocimiento e inteligencia. Así que decidí empezar a utilizar la que a mis seis años se convirtió en mi lengua materna, el inglés, para comunicarme con mi hijo. La clave del éxito está en adaptarse.

Es comúnmente aceptado que la educación en la lengua materna favorece un aprendizaje productivo, y la adaptación para fomentar el desarrollo de los alumnos es el tema central del Día Internacional de la Lengua Materna de 2023: «La educación multilingüe: una necesidad para transformar la educación». Esta 24.ª edición del Día Internacional de la Lengua Materna se centra en la necesidad de que los sistemas educativos se orienten hacia el uso de un enfoque multilingüe en el aula con el fin de proporcionar un aprendizaje de mejor calidad, fomentar la inclusión, mantener la diversidad y facilitar el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

En su nota conceptual, la UNESCO declara: «Los Estados tienen la obligación de respetar, proteger y cumplir estos derechos garantizando no solo que la educación esté disponible, sino que sea aceptable, accesible y adaptable». Las consecuencias del aprendizaje no inclusivo, sobre todo durante los años formativos, pueden tener un efecto dominó. A nivel individual, los alumnos con desventajas lingüísticas corren el riesgo de que se les considere menos inteligentes en base a sus capacidades en un idioma.

La marginalización de los alumnos en el aula también puede tener repercusiones negativas, posiblemente a largo plazo, que obstaculicen el desarrollo socioeconómico de dichos alumnos y, por extensión, las comunidades lingüísticas a las que pertenecen. Entre los factores que agravan el problema de la exclusión educativa figuran la desigualdad digital y las situaciones de crisis, como los desplazamientos debidos a catástrofes climáticas y conflictos políticos. Incluso después de adoptar políticas de educación multilingüe, las inconsistencias entre la teoría y la práctica persisten. Por ejemplo, en Sudáfrica, donde hay 11 lenguas oficiales, los colegios siguen intentando decidir qué idiomas deberían introducirse en la educación primaria y la secundaria, y en qué momento. Por otro lado, algunas escuelas sudafricanas ya imparten sus 12 cursos en las lenguas xhosa y sesoto.

En el contexto de la digitalización de la educación y la diáspora mundial de lenguas, Altissia se compromete a seguir ofreciendo más variedad lingüística en sus herramientas educativas. Actualmente, la plataforma está disponible en 36 idiomas de interfaz (¡y subiendo!), cuatro de los cuales se añadieron el año pasado: japonés, coreano, luxemburgués y ucraniano. Además, todos los alumnos pueden acceder a traducciones automáticas en la sección de gramática de la plataforma de aprendizaje de idiomas. Promover el plurilingüismo, el intercambio y la comunicación intercultural son las bases de la misión de Altissia y por eso queremos hacer hincapié en la importancia del Día Internacional de la Lengua Materna.

En casa, seguimos criando a nuestros hijos en un entorno multilingüe. Y, a pesar de todas las expresiones que desconozco, he sido capaz de infundir algo de «cantonismo» en la identidad de mi hijo. Oskar tiene la capacidad de hablar con su abuela materna sobre cuál es su dim sum preferido, se interesa por las fiestas y tradiciones de mi familia (que suelen ser distintas a las de la familia de mi marido) y entiende qué emoción quiero expresar según el tono de la partícula modal la que emplee al final de frase. A pesar de mis limitaciones en mi lengua materna, mediante su uso puedo transmitir la riqueza, la complejidad y la alegría que puede fomentar un entorno de aprendizaje multilingüístico.

Acerca de Altissia

Sacamos el máximo partido de la tecnología para ofrecer cursos de idiomas en 25 idiomas y pruebas de nivel en 29. Nuestros cursos y pruebas de nivel tienen unas sólidas bases académicas que garantizan un aprendizaje eficaz y de calidad. No solo enseñamos idiomas, sino también los aspectos culturales que van unidos a ellos y que son esenciales para comunicarse con éxito. Gracias a la tecnología, facilitamos el aprendizaje de idiomas y ponemos a nuestros usuarios en contacto con un amplio abanico de herramientas y recursos.

La plataforma ofrece 25 idiomas de aprendizaje: búlgaro, francés canadiense, croata, checo, danés, neerlandés, inglés, estonio, finés, francés, alemán, griego, húngaro, italiano, letón, lituano, inglés norteamericano, polaco, portugués, rumano, eslovaco, esloveno, español, sueco y turco.

Además, la prueba de nivel está disponible en 29 idiomas: portugués brasileño, búlgaro, francés canadiense, croata, checo, danés, neerlandés, inglés, estonio, finés, francés, irlandés, alemán, griego, húngaro, italiano, letón, lituano, luxemburgués, maltés, inglés norteamericano, polaco, portugués, rumano, eslovaco, esloveno, español, sueco y turco.

Y 36 idiomas de interfaz: árabe, portugués brasileño, búlgaro, francés canadiense, croata, checo, danés, neerlandés, inglés, estonio, finés, francés, alemán, griego, húngaro, indonesio, irlandés, italiano, japonés, coreano, letón, lituano, luxemburgués, maltés, inglés norteamericano, polaco, portugués, quechua, rumano, ruso, eslovaco, esloveno, español, sueco y turco.

OBRAS CITADAS Y CONSULTADAS

Creative Manchester. “Comics Up Close conference: New Perspectives in Comics 2023 (part of International Mother Language Day 2023)". Universidad de Manchester. 17 de enero de 2023. Consultado el 9 de febrero de 2023.

Danjo, Chisato. “Why it’s okay for bilingual children to mix languages.” The Conversation. Publicado el 20 de junio de 2018. Consultado el 9 de febrero de 2023.

Gobierno de Canadá. “English and French: Towards a substantive equality of official languages in Canada". Modificado por última vez el 19 de febrero de 2021. Consultado el 9 de febrero de 2023.

Mijatović, Dunja . “Language policies should accommodate diversity, protect minority rights and defuse tensions”. Consejo Europeo. 29 de octubre de 2019. Consultado el 10 de febrero de 2023.

Mohohlwane, Nompumelelo. “Policy options to crack the mother tongue versus English riddle in South African schools". The Conversation. 26 de junio de 2020. Consultado el 10 de febrero de 2023.

Oficina del Comisionado de Idiomas Oficiales. “Constitutional rights and language legislation around the world”. 2023. Consultado el 9 de febrero de 2023.

Oficina del Comisionado de Idiomas Oficiales. “Fast figures on Canada’s official languages (2016)”. Actualizado por última vez el 18 de septiembre de 2020. Consultado el 9 de febrero de 2023.

Rouquette, Pauline. "Canada : au Québec aussi, la langue d Molière recule au profit de l’anglais". France24. Publicado el 19 de agosto de 2022. Consultado el 9 de febrero de 2023.

Rua Red South Dublin Arts Centre. "Kamishibai: Fairytales in Ireland and Japan". 2023. Consultado el 9 de febrero de 2023.

UNESCO. International Mother Language Day 2023: Multilingual education – a necessity to transform education. 2023. Consultado el 9 de febrero de 2023.

Naciones Unidas. “International Mother Language Day 21 February”. 2023. Consultado el 9 de febrero de 2023.